Esta es la juventud del Papa

Esta es la juventud del Papa

domenica 25 settembre 2011

Irena Sendler

Una señora de 98 años llamada Irena acaba de fallecer. Durante la Segunda Guerra mundial, Irena consiguió un permiso para trabajar en el Ghetto de Varsovia, como especialista de alcantarillado y tuberías.
Pero sus planes iban mas allá...
Sabía cuáles eran los planes de los nazis para los prisioneros (siendo alemana).
Irena pasaba niños escondidos en el fondo de su caja de herramientas y llevaba un saco de arpillera en la parte de atrás de su camioneta (para niños de mayor tamaño). También llevaba en la parte de atrás un perro al que entrenó para ladrar a los soldados nazis cuando salía y entraba del Ghetto.
Por supuesto, los soldados no querían tener nada que ver con el perro y los ladridos ocultaban los ruidos de los niños.
Mientras estuvo haciendo esto consiguió sacar y salvar a 2500 niños.
Los nazis la atraparon y le rompieron ambas piernas y los brazos...
Irena mantenía un registro de los nombres de todos lo niños que sacó y lo guardaba en un tarro de cristal enterrado bajo un árbol en su jardín.
Después de la guerra, intentó localizar a los padres que pudieran haber sobrevivido y reunir a la familia. La mayoría habían sido llevados a la cámara de gas. Aquellos niños a los que ayudó encontraron casas de acogida o fueron adoptados.
El año pasado Irena fue propuesta para recibir el Premio Nobel de la Paz. Pero no fue seleccionada. Ese premio se lo llevó Al Gore, por unas diapositivas sobre el Calentamiento Global... y en 2009, Obama sólo por buenas intenciones.
¡ESTA SEÑORA ES MI NOBEL! Gran mensaje. ¡No permitamos que se olvide nunca! 63 años después In MemoriamINTRIGANTE DE FATO!

El "erizo"

La fábula del erizoDurante la Edad de Hielo, muchos animales murieron a causa del frío.Los erizos dándose cuenta de la situación, decidieron unirse en grupos. De esa manera se abrigarían y protegerían entre sí, pero las espinas de cada uno herían a los compañeros más cercanos, los que justo ofrecían más calor. Por lo tanto decidieron alejarse unos de otros y empezaron a morir congelados.Así que tuvieron que hacer una elección, o aceptaban las espinas de sus compañeros o desaparecían de la Tierra. Con sabiduría, decidieron volver a estar juntos. De esa forma aprendieron a convivir con las pequeñas heridas que la relación con una persona muy cercana puede ocasionar, ya que lo más importante es el calor del otro.De esa forma pudieron sobrevivir.Moraleja de la historiaLa mejor relación no es aquella que une a personas perfectas, sino aquella en que cada individuo aprende a vivir con los defectos de los demás y admirar sus cualidades.

Para pensar

El hijo que muchas veces no limpia su cuarto y se la pasa viendo televisión, significa que... Está en casa! El desorden que tengo que limpiar después de una fiesta, Significa que... Estuvimos rodeados de familiares o amigos! Las ropas que están apretadas, Significa que... Tengo más que suficiente para comer! El trabajo que tengo en limpiar la casa, Significa que... Tengo una casa! Las quejas que escucho acerca del gobierno, Significa que... Tengo libertad de expresión! No encuentro estacionamiento, Significa que... Tengo coche! Los ruidos de la ciudad, Significa que... Puedo oír! El cansancio al final del día, Significa que... Puedo trabajar! El despertador que me despierta todas las mañanas, Significa que... Estoy vivo! Finalmente por los mensajes que recibo, Significa que... Tengo amigos pensando en mí!

giovedì 15 settembre 2011

Veglia a 4 vientos

“GMG, for ever”!

Sabato 20 agosto, 35 gradi di prima mattina, è arrivato il momento tanto sognato: la veglia con Benedetto XVI alla stazione “4 vientos” di Madrid. Preparo lo zaino, alcuni vestiti per il cambio, il kit di sopravvivenza, il sacco a pelo e mi unisco alla folla giovane per sgambettare ore ed ore verso il luogo pianeggiante, non lontano, all'aperto della metropoli “Madrileña”. Per le strade una marea di gente venuta da tutte le nazioni del mondo, sventolando le loro bandiere e indossando vestiti multicolori. Madrid si è trasformata in quei giorni nella capitale mondiale della gioventù. Tanta gente giovane, anche bimbi con i loro genitori, hanno detto si all’invito del loro Pastore. Tutti desideravano vedere con i propri occhi una chiesa giovane. Guardo le foto e mi fanno riflettere su tante emozioni: gioia, stanchezza, rabbia, delusione, “allegria” … vissute in quei giorni. La chiesa giovane si è fatta sentire a 4 “vientos”, con tutte le diversità di nazione, cultura, etnia e colore. Si è inginocchiata, ha fatto silenzio sotto le stelle luminose della tenda grande di Dio, per accogliere il messaggio. Il Padre ha parlato nel silenzio, al cuore di chiunque era lì seduto, in piedi o sdraiato per terra per la stanchezza, però ricolmo di speranza. Il silenzio si è fatto preghiera, ha detto “si” a Dio. Le Beatitudini dell’evangelista (Luca 6), cominciavano a rendersi visibili sotto quel firmamento luminoso. Io ero là e ho visto con i miei occhi, ho toccato le tende, ho sentito il vento e il sole, ho visto la mia chiesa giovane respirare serenità e gioia! D’improvviso tutto cambia, il cielo indossa il nero, il mondo sembra che ci crolli addosso, Il cielo lampeggia, lo sguardo della moltitudine si concentra in direzione del cielo, sul soffio della tempesta che si avvicina. Tutti rimangono al loro posto, anche il Papa. Poi rapidamente tutto ritorna alla calma, cessa la bufera, il cielo si apre, le stelle recuperano il loro brilìo e la folla si alza cantando a coro, in festa: “Esta es la juventud del papa” (Questa è la gioventù del Papa), una, due, più volte. Piano, piano tutte le voci s’interrompono, ritorna la calma, la pioggia lascia spazio alla gradevole brezza che ci accompagnerà fino alla fine della veglia. Il messaggio non era nuovo, le parole molto chiare e semplici. Ancora adesso rivivo la sensazione che il Papa in quel momento parlasse al mio cuore. Alcuni minuti prima avevo sentito la testimonianza di quel giovane “audioleso” dalla nascita: “Molte volte sento la solitudine, l’amarezza, la discriminazione, perché non sono considerato come tutti”. L’ho udito gridare nell’amplificatore: “non ho perso mai la speranza, perché i miei genitori non hanno mai guardato la mia diversità … loro, solo loro mi hanno sempre accettato con amore”. Ho sentito in quel grido l’eco dei miei fratelli della casa ODC, gli ospiti del secondo piano: dentro ciascuno di loro vive “Cristo incarnato”. Quelle parole erano per me, perché sapessi scoprire le persone delle Beatitudini: “beati voi poveri,” … sono quelli che Dio oggi mette accanto me!