Esta es la juventud del Papa

Esta es la juventud del Papa

lunedì 27 dicembre 2010

SANTA MARÍA, NUESTRA LIBERACIÓN
María de Nazaret, esposa prematura de José el carpintero,aldeana de una colonia siempre sospechosa,campesina anónima de un valle del Pirineo,rezadora sobresaltada de la Lituania prohibida,indiecita masacrada de El Quiché,favelada de Río de Janeiro,negra segregada en el Apartheid,harijan de la India,gitanilla del mundo;obrera sin cualificación, madre soltera, monjita de clausura;niña, novia, madre, viuda, mujer.
Cantadora de la Gracia que se ofrece a los pequeños,porque sólo los pequeños saben acogerla;profetisa de la Liberación que solamente los pobres conquistan,porque sólo los pobres pueden ser libres:queremos crecer como tú,queremos orar contigo,queremos cantar tu mismo Magníficat.
Enséñanos a leer la Biblia -leyendo a Dios-como tu corazón la sabía leer,más allá de la rutina de las sinagogasy a pesar de la hipocresía de los fariseos.
Enséñanos a leer la Historialeyendo a Dios, leyendo al hombre-como la intuía tu fe,bajo el bochorno de Israel oprimido,frente a los alardes del Imperio Romano.
Enséñanos a leer la Vidaleyendo a Dios, leyéndonos-como la iban descubriendo tus ojos, tus manos, tus dolores, tu esperanza.
Enséñanos aquel Jesús verdadero,carne de tu vientre, raza de tu pueblo, Verbo de tu Dios;más nuestro que tuyo, más del pueblo que de casa,más del mundo que de Israel, más del Reino que de la Iglesia. María de Nazaret, cantadora del Magníficat, servidora de Isabel:¡quédate también con nosotros, que está por llegar el Reino!;quédate con nosotros, María,con la humildad de tu fe, capaz de acoger la Gracia;quédate con nosotros,con el Verbo que iba creciendo en ti,humano y Salvador, judío y Mesías, Hijo de Dios e hijo tuyo,nuestro Hermano,Jesús.(Pedro Casaldáliga)

domenica 26 dicembre 2010

La Navidad de Happiness


"El pasado 13 de Diciembre, fiesta de Santa Lucía, apareció en la prensa este reportaje que refería el nacimiento de una niña en unas circunstancias sorprendentes, que no sabría exactamente si calificar de venturosas o infelices.
El estilo literario del relato es mediocre, comparado con los primeros capítulos de Lucas o de Mateo, pero tal vez podría ser proclamado como evangelio en la misa del gallo y el día de Navidad. Decía o, mejor, rezaba así:
En tiempos del emperador sin nombre, que algunos llamaban Banco Mundial o también Mercado Financiero y que, sea el que fuere su nombre, gobernaba sin entrañas sobre toda la Tierra, siendo Obama cada vez menos presidente de los Estados Unidos y de otros muchos Estados separados, siendo Hu Jintao gobernador de China, estrella ascendente de todo el planeta, siendo Rodríguez Zapatero administrador en dificultades de una hermosa península hecha de pueblos y rodeada de mares, en tiempos del asedio global en que aquellos que querían cambiar la Tierra no podían y aquellos que podían no querían, envió Dios al ángel Gabriel a una pequeña ciudad nigeriana de nombre desconocido, a una joven muy negra y valerosa llamada Judith, casada con un joven de nombre también desconocido y corazón resuelto.
El ángel dijo a Judith: “¡Dios te salve, Judith, llena de gracia, el Señor está contigo!”. Ella se inquietó porque nunca le habían hablado así. Pero el ángel añadió: “No temas, Judith. Concebirás a Dios en tu seno y le darás a luz con dolor en la tierra y en el mar. Será una niña y le pondrás por nombre Happiness (es decir, “Felicidad”), porque será profecía de la Dicha y de la Vida”. Judith dijo: “Aquí estoy, así sea. Soy libre y estoy dispuesta”. Y el ángel se quedó con ella.
A los nueve meses, salió un decreto del emperador sin nombre y sin entrañas, ordenando que todas las fronteras del norte se cerraran, incluso en el mar y en el aire donde no hay fronteras, murieran cuantos murieran en el sur. Pero Happiness empujaba y Judith se dijo: “Mi hija es más fuerte que la muerte. Iré donde ella me lleve, y le daré a luz y le daré mi pecho aunque me haya de morir. No obedeceré el decreto del emperador, hasta que Dios y mi hija derriben de su trono al poderoso y ensalcen a los humildes”.
Y la mujer se reunió con otras mujeres embarazadas de Nigeria, Ghana y Camerún, desafiaron el poder, afrontaron la muerte, apostaron por la Vida. Y en una vieja patera se hicieron al mar.
Y a Judith le llegó el tiempo de romper aguas mientras iban por el mar, y entre convulsiones y grandes dolores dio a luz a Happiness en la misma patera, cerca de una islita volcánica que llaman Alborán, junto al islote de La Nube, a mitad de camino entre Almería y África, entre la vida y la muerte, porque no había sitio para ellas en ninguna posada.
Y una multitud de ángeles buenos se unieron a Gabriel, y rompieron a cantar: “¡Gloria a Dios en el cielo, en la tierra y en el mar! ¡Gloria a Dios, a la Vida y a la Paz!”. Y todas las mujeres que iban en la patera se pusieron también a cantar y a danzar al ritmo del cielo y de las olas. Y el ángel les habló: “Danzad, sí, mujeres del África.
No temáis. Hoy os ha nacido una hija más. Hoy ha vuelto a nacer Dios, hija de vuestro seno y de la semilla de vuestros hombres. He ahí la señal: Happiness, hija del dolor, promesa de alegría. Celebrad esta noche, celebrad el Día. Danzad, mujeres del África, hasta que haya pan y posada para todos en la Tierra”. Y así se cumplió la Escritura que dice: “Álzate y brilla, Jerusalén, que llega tu luz. La gloria de Dios amanece sobre ti” (Isaías 60,1).
Mientras tanto, Judith, débil y aterida, estrechaba a su hija y la amamantaba, y cuanto más se daba a su hija más fuerte se hacía la madre. Y en cuanto Happiness mamó hasta saciarse, se durmió plácidamente, como si el mundo entero fuera como el pecho redondo y rebosante de su madre, como si la vida nunca hubiese sido de otra forma y como si nunca fuera a ser distinta, como si Dios hubiera tenido razón cuando creó, miró y dijo: “Todo está bien, todo es muy bueno”.
Y luego la pequeña Happiness se despertó y, de pronto, sus ojitos negros se encontraron con los ojitos negros de otro niño recién nacido como él. “Hola, yo me llamo Jesús. ¿Cómo te llamas tú?” “Me llamo Felicidad”. “¡Oh, qué bonito! ¿O sea que eres feliz?” “¡Sí, soy feliz, inmensamente feliz. Aunque no sé muy bien qué significa esa palabra: ‘inmensamente’. Debe de querer decir como los brazos de mi madre que son muy grandes y suaves, o como su pecho que es caliente y sabroso y no se gasta. O debe de significar como aquel mar donde yo vivía hasta hace un momento: se estaba muy bien, allí sí que era inmensamente feliz.
Nunca tuve hambre ni frío, nunca lloré ni me sentí sola, y a veces me arrullaban cánticos lejanos, me balanceaban ritmos enérgicos como las olas de este mar, como si vinieran de otro mundo lleno milagros y también de inquietudes. Pero nunca tuve miedo. Luego no sé qué pasó: de pronto empecé a sentir que me asfixiaba, que me moría. Pero ahora todo está muy bien: en estos brazos, en estos pechos, soy feliz; por eso me llamo Happiness.
Tu nombre también es muy bonito, Jesús. ¿Qué significa tu nombre? ¿Tú también acabas de nacer?”. “No sé qué decirte. Yo nací hace mucho tiempo en un pobre pesebre, en una pobre casita, en una pobre aldea llamada Nazaret, en Palestina, no muy lejos de este mar y de esta barca; luego dijeron que había nacido en Belén, y tenían razón, porque eso significa ‘Belén’: ‘casa del pan’ o ‘Dios pan’ ” . “¿Dios? ¿Qué es Dios?” “Dios significa que todo es bueno a pesar de todo, que habrá casa y leche y pan para todo el mundo, y que todo el mundo puede ser inmensamente feliz como tú. Mi nombre, ‘Jesús’, también significa lo mismo”. “Pero si naciste hace mucho tiempo, ¿por qué eres todavía tan pequeño? ¡Eres como yo!”.
“Pues no sé exactamente. Creo que nací cuando empezó el mundo, pero que sigo naciendo porque mi nombre, Jesús, todavía no se ha cumplido”. “No entiendo nada, Jesús. ¿Qué quieres decir?” “Quiero decir que todavía no hay casa ni leche ni pan para todo el mundo. Por eso sigo naciendo, y soy como tú. Yo soy tú, Happiness, pero no soy tan feliz como tú”. “¿No eres feliz? Me da mucha pena. ¿Por qué no eres feliz? ¿No tienes madre?”. “Sí, tengo una madre, tengo todas las madres. He nacido muchas veces, y he visto de todo. He visto llorar, gritar de dolor, morir de hambre. He visto niños asustados, madres desgraciadas. Tu madre, mi madre, tampoco es feliz”.
“¡Me asustas, Jesús! ¿De qué me hablas?” “¡Oh, mi querida Happiness, pronto lo sabrás! Pero, mientras tanto, no te asustes. No te asustes nunca. Una vez me hice mayor allí en Palestina, y un día subí a una montaña a la vista de un hermoso lago, y proclamé con toda mi voz hasta ocho veces: ‘¡Happy, bienaventurados todos los pobres y todos los que lloráis, porque dejaréis de llorar!’. Luego acabé mal, no te lo voy a contar ahora, pero sigo naciendo y seguiré naciendo, Dios seguirá naciendo, hasta que todo el mundo pueda llamarse Happiness y ser feliz como tú”. “Pues hasta ese día, querido Jesús, yo también seguiré naciendo contigo y con tu Dios, pase lo que pase”. “Pues entonces, ¡feliz nacimiento, Happiness!”. “¡Feliz Navidad, Jesús!”.
Quanto abbiamo debolmente visto nell’oscurità della notte, ci appare ora più chiaro nello splendore del giorno, quando comprendiamo che cosa significa; “E nato per noi un bambino, un figlio ci è stato donato”. Certamente Gesù è nato per la gioia dei suoi genitori ed è nato anche per adempiere le promesse fatte, attraverso Davide, al popolo ebraico, ma è nato soprattutto “ per noi e per la nostra salvezza”. È questo il mistero che la Chiesa celebra.
Il verbo di Dio pose la sua abitazione tra gli uomini e si fece Figlio dell’uomo, per abituare l’uomo a comprendere Dio e per abituare Dio a mettere la sua dimora secondo la sua volontà del Padre.

venerdì 24 dicembre 2010

Svègliati, o uomo: per te Dio si è fatto uomo, “Svègliati, o tu che dormi, dèstati dai morti e Cristo ti illuminerà”. Per te, dico, Dio si è fatto uomo.
Prepariamoci a celebrare in letizia la venuta della nostra salvezza, della nostra redenzione; a celebrate il giorno di festa in cui il grande ed eterno giorno venne dal suo grande ed eterno giorno in questo nostro giorno temporaneo così breve. Egli è diventato per noi giustizia, santificazione e redenzione perché. Come sta scritto, chi si vanta si vanti nel Signore.
La verità germogliata dalla terra: nasce dalla Vergine. Cristo, che ha detto: Io sono la verità. E la Giustizia si è affacciata dal cielo. L’uomo che crede nel Cristo, nato per noi, non riceve la salvezza da se stesso, ma da Dio. La verità è germogliata dalla terra, perché, “il Verbo si fece carne”. E la giustizia si è affacciata dal cielo, perché “ogni buon regalo e ogni dono perfetto viene dall’alto”. La verità è germogliata dalla terra: la carne da Maria. E la giustizia si è affacciata dal cielo perché l’uomo non può ricevere nulla se non gli è stato dato dal cielo.
Dal cielo, infatti, per la nascita del Signore dalla Vergine … si fece udire l’inno degli angeli. Gloria a Dio nell’alto dei cieli e pace sulla terra agli uomini di buona volontà. Come poté venire la pace sulla terra, se non perché la verità è germogliata dalla terra, cioè Cristo è nato dalla carne? Egli è la nostra pace, colui che di due popoli ne ha fatto uno solo, perché possiamo uomini di buona volontà. Legati dolcemente dal vincolo dell’unità.
Rallegriamoci dunque di questa grazia perché nostra gloria sia la testimonianza della buona coscienza. Non ci gloriamo in noi stessi, ma nel Signore. È stato detto: “Sei mia gloria e sollevi il mio capo”: e quale grazia di Dio più grande ha potuto brillare a noi? Avendo un Figlio unigenito, Dio l’ha fatto figlio dell’uomo, e così viceversa ha reso il figlio dell’uomo figlio di Dio. Cerca il merito, la causa, la giustizia di questo, e vedi se trovi mai altro che grazia.

giovedì 23 dicembre 2010

… “Né Erode, né i suoi sapienti seppero vedere la stella. I Magi e i pastori videro la stella e si misero in cammino. Vedere quell’impasto di atomi luminosi fece rimbombare i loro cuori, appresero un’arte del vedere che li portò poi a cogliere in quel bambino nella stalla il destino della storia, l’alfa e l’omega dell’umanità. Ai pastori e ai Magi fu sufficiente vedere. Nessuna parola s’aggiunse, tutto era già in quella in quella visione, un immenso mondo vivo e silenzioso si era rivelato ai loro occhi. Essi videro e cedettero.
Se il Natale ci porterà questa capacità di vedere, allora il nostro modo di abitare il mondo cambierà. Non dovremo più chinarci per abitare un mondo dai soffitti bassi e la solitudine ci apparirà qualcosa di vago e di lontano, come un brutto sogno quando ci svegliamo stringendo la mano di chi amiamo.”
Dalla rivista L’amico Nov-Dic 2010 – Fr.Carlo Toninello”

lunedì 20 dicembre 2010


Roma19/12/10
"Dio ci guarda con infinito amore" ...
Un sincero augurio di amorepace e serenità.Proviamo a condividere le gioie del Natale con gli altri e ci accorgeremo che anche le cose meno liete saranno illuminate da una luce diversa.
Un sincero e fraterno augurio di un Santo Natale ed un Felice Anno.
Tante belle cose!






giovedì 16 dicembre 2010

Una tristezza così non la sentivo da mai,ma poi la banda arrivò e allora tutto passò. Volevo dire di no quando la banda passò ma il mio ragazzo era lì e allora dissi di si.E una ragazza che era triste sorrise all'amor ed una rosa che era chiusa di colpo sbocciò ed una frottadi bambini festosi si mise a suonarecome fa la banda.E un uomo serio il suo cappello per aria lanciò, fermò una donna che passava e poi la baciò. Dalle finestrequanta gente spuntòquando la banda passòcantando cose d'amor.Quando la banda passònel cielo il sole spuntòe il mio ragazzo era là na na na na na na na.La banda suona per noi,la banda suona per voi,la la la la la la la,la la la la la la la.E tanta gente dai portoni cantando sbucòe tanta gente in ogni vicolo si riversò e per la strada quella povera gente marciava felice dietro la sua banda.Se c'era un uomo che piangeva,sorrise perchè sembrava proprio che la banda suonasse per lui.In ogni cuorela speranza spuntòquando la banda passòcantando cose d'amor.La banda suona per noi,la banda suona per voi,la la la la la la la,la la la la la la la.
Uma tristeza assim nunca senti antes,mas depois a banda chegou e então tudo passou. Queria dizer "não" quando a banda passou mas o meu namorado estava aí e então eu disse "sim".E uma garota que era triste sorriu ao amor e uma rosa que era fechada de improviso desabrochou e um montede meninos em festa começou a tocarcomo faz a banda.E um homem sério o seu chapéu lançou pelo ar, parou uma mulher que passava e depois a beijou. Nas janelasquantas pessoas apareceramquando a banda passoucantando coisas de amor.Quando a banda passouno céu o sol apareceue o meu namorado estava lá na na na na na na na.A banda toca pra nós,a banda toca pra vocês,la la la la la la la,la la la la la la la.E muitas pessoas dos portões cantando aparecerame muitas pessoas cada viela encheram e pela rua aquelas pobres pessoas marchavam felizes atrás da sua banda.Se havia um homem que chorava,sorriu porque parecia mesmo que a banda tocasse pra ele.Em cada coraçãoa esperança nasceuquando a banda passoucantando coisas de amor.A banda toca pra nós,a banda toca pra vocês,la la la la la la la,la la la la la la la.

venerdì 10 dicembre 2010

Isaia 48, 17-19
"Io sono il Signore tuo Dioche ti insegno per il tuo bene, che ti guido per la strada su cui devi camminare.
Se avessi prestato attenzione ai miei comandi il tuo benessere sarebbe come un fiume,la tua giustizia come le onde del mare.
La tua discendenza sarebbe come la sabbia e i nati dalle tue viscere come i granelli d'arena; non sarebbe mai radiato ne cancellato il tuo nome davanti a me"

Una delle caratteristiche dell’agire di Dio nella storia è sempre quella della libertà. Persino quando dà dei comandamenti da osservare, non costringe mai l’uomo con la forza. In altre parole, noi siamo sempre liberi di scegliere la strada che vogliamo. Per questo, Dio richiama il popolo facendogli notare che, se avesse, seguito le sue indicazioni, adesso la sua condizione sarebbe stata indubbiamente molto diversa da quella attuale. Quando ti trovi in qualche sofferenza particolare, prima di dare la colpa a Dio, chiediti semmai se quanto stai vivendo non sia invece la conseguenza di qualche tuo errore; forse ti sei allontanato da lui e dal suo amore, per cui forse stai solo pagando la conseguenza delle tue scelte.

lunedì 6 dicembre 2010

Ação de Deus e colaboração humana

E’ evidente que Deus, o qual assumiu em tudo nossa condição humana, exceto o pecado, que assumiu, por isso, nossa história, nossas dificuldades, nossos erros e pecados, a nível pessoal e social, para resgatá-los, queira assumir plenamente também nossa colaboração.
Em nossa sociedade não é fácil viver segundo os princípios do Evangelho. Jesus mesmo nos alerta: “A maldade se espalhará tanto, que o amor de muitos se esfriará. Mas, quem perseverar até o fim, será salvo” (Mt 24, 12-13). Nessa imensa tarefa de conduzir e reconduzir continuamente o mundo aos valores de Deus, cada um de nós é interpelado continuamente. Tinha-o bem entendido S. Paulo quando declarava: “Agora eu me regozijo nos meus sofrimentos por vós, e completo, na minha carne, o que falta das tribulações de Cristo pelo seu Corpo, que é a Igreja” (Cl 1, 24). Deus pede nossa parte na tarefa de salvação, às vezes, até parece que condiciona a sua ação à nossa. Aparece muito claro isso em toda a história da Salvação. Deus pede mediações humanas e confia em maneira inacreditável nelas, de Abraão até os Apóstolos, de Moisés até os papas e os santos do nosso tempo. Ainda o profeta Ezequiel tem uma página famosa a este respeito: “Ora, a ti, filho do homem, te pus como sentinela para a casa de Israel. Assim, quando ouvires uma palavra de minha boca, hás de avisá-los de minha parte. Quando eu disser ao ímpio; ‘Ó ímpio, certamente hás de morrer’ e tu não o desviares de seu caminho ímpio, o ímpio morrerá por causa da sua iniquidade, mas o seu sangue eu o requererei de ti. Por outra parte, se procurares desviar o ímpio de seu caminho, para que se converta, e ele não se converter de seu caminho, ele morrerá, mas tu terás salvo a tua vida” (Ez 33, 7-9).
Aos Apóstolos Jesus confia uma tarefa divina: “Recebei o Espírito Santo. Aqueles a quem perdoardes os pecados ser-lhes-ão perdoados; àqueles aos quais os retiverdes ser-lhes-ão retidos” (Jo 20, 22-23).
Jesus explicou em muitas maneiras a necessidade de colaborarmos com ele. Chamou seus apóstolos, sim, “para que ficassem com ele”, mas também “para enviá-los”. O Evangelho de Mateus termina com a missão: “Ide, portanto, e fazei que todas as nações se tornem discípulos...” (Mt 28, 19). Muitas parábolas do Evangelho são para incentivar a colaboração: a dos talentos, por exemplo.
Poderíamos perguntar-nos frequentemente:
O que poderia eu fazer mais, Jesus, na minha vida concreta, para colaborar contigo?
Nossa ação no mundo
Parece que seja virtude construir-se uma vida sem problemas. Como é possível, diante de tanto sofrimento, enorme, que existe no mundo? Olhando para Jesus, não me parece que este seja o caminho. Jesus não justifica o sacerdote e o levita que, vendo o homem ferido à beira da estrada, passam indiferentes. “O amor de Cristo nos impele, quando pensamos que um morreu por todos”, dizia um que pagou abundantemente com a sua vida (S. Paulo).
E’ necessário aproximar-se dos irmãos como novas criaturas, como pessoas novas, onde a ressurreição de Cristo seja em ato, mediante o Espírito Santo. Somente esta forma, além de aparências, parece ser verdadeira e produzir resultados para o Reino de Deus.