Roma , 8 de ottobre 2010
Buena fiesta para todos, por los 25 años del Centro San José.
Personalmente tengo mucho para agradecer por el tiempo que Dios permitió que pasase allí. No fuimos nostros los primeros a abrir las puertas, Dios nos anticipò para darnos la bienvenida y acojernos. No fuese por El, San José no seria lo que fue y lo que es hoy. Nada acontece por acaso en la Casa del Señor. Eramos tan pequeños, havia un solo grupo de 45 alumnos, la secretaría funcionava sobre la escalera, teníamos una sola máquina de escribir y vieja, no teníamos espacio y lo poco que teníamos lo compartíamos con la comunidad religiosa que a la época dormia en el dormitorio que después se trasformaría en la sala de aula. Parecía más una família grande que un “grande colegio”.
Recuerdo, entre los muchos recurdos, la primera inspección. Al mes de iniciadas las actividades apareció a la hora de entrar, confundiéndose entre los padres, docentes e alumnos el Prof. Calvi, que antes mismo de entrar ya estava observando “guapamente” todo lo que estava sucediendo. El también habia viajado en el tren, hizo la calle Achega como qualquier habitante que a esa hora se dirigía al Centro San José. Con cara de pánico, se aproxima a mi la señora Directora Olga Zufiaurre y me dice entre dientes, Hno. Sergio, tenemos la inspección en casa. Y eso que, dije yo, no te preocupes, aqui todo está en orden! No, la sra. Olga sabia bien que significava una visita silenciosa de un inspector, ella sabia muy bien cuanto todavia estava faltando para que todo fuese en orden. Nosotros, en especial los relligiosos, creíamos que para iniciar un colegio seria suficiente la buena volontad, sí, esa es importante, pero no basta. Moral de la historia, después de pocas horas de la visita el inspector que no sabia se devia reír o llorar por lo que estaba viendo, “sopló a nuestros oídos irónicamente” importantes conceptos, (en una forma elegante por no llamarnos de ignorantes), recuerdo uno: “Para hacer bien el bien que se quiere hacer no basta la buena volontad”. Muchas gracias, digo hoy de corazón por todo lo que el Sr. Calvi nos dijo, porque se no fuese por él, su disponibilidad en enseñarnos como organizar un colegio, jamás lo habríamos hecho, tan bien. Hoy puedo decir sin margen alguna de duda, que el Profesor Calvi (tiempos seguidos también gente amiga de la SNEP), fué para nuestro Centro un “papá”, como fueron y lo son aún hoy tantos Docentes del colegio san José, verdaderos papás, mamás, auténticos héroes del Colegio. Muchos de ellos pasan más horas allí que en la propria casa y soy testigo que lo hacen con dedicación, entrega, entusiasmo y amor.
Última cosa, hace poco más de un mes, estuvo visitando nuestra casa aquí de Roma, Monseñor Don Eugenio Dal Corso, hoy obispo de Benguela, en Angola, otro grande de nuestro Centro San José. Cuando nos encontramos, nos saludamos como hermanos tierra a tierra y espontáneamente no sale otra cosa que “Recuerdas de nuestro centro san José y sus inícios”. Ambos con imensa alegria, casi al mismo tiempo esclamamos con acento conmovido: “que buenos tiempos eran aquello tiempos”, entre mates e mates, fútbol (“Ellas Verona”), truco e paroquia, no faltavan las discusiones de la programación del “Centro y taller San José”. Don Eugenio, aún respira Buenos Aires, Laferrere e principalmente Centro San José. Tiene parte de su corazón allí, igual al que les está escribiendo. Los buenos recurdos no se van tan derepente.!
No dejo de pensar en los que se fueron, Hno. Gianfranco Zerbinati, no entiendo porque Dios se lo llevó tan pronto, digo mejor, Dios se llevó tan pronto algunos de los nuestros… Hnos, la vida es tan densa y a veces no la disfrutamos … no olvidemos que Dios tiene sus tiempos para todos.
Queridos hermanos y amigos, muchas felicidades por estos 25 años, me seinto orgulloso junto a todos vosotros. En mi corazón aún hoy siguen sicatrizados muchísimos y buenos recuerdos que me acompañarán durante la toda vida y en cualquier parte del globo.
Que Dios siga acompañandovos(nos). Aunque en la distancia, estoy con vosotros, felicitándolos por tantas gracias y cosas maravillosas recebidas en estos 25 años de vida, celebradas alegremente en el día de nuestro Santo fundador, Don Calabria.Felicidades y muchas gracias.Con total estima y gozo siempre!Fr. Sergio Tomasel
Buena fiesta para todos, por los 25 años del Centro San José.
Personalmente tengo mucho para agradecer por el tiempo que Dios permitió que pasase allí. No fuimos nostros los primeros a abrir las puertas, Dios nos anticipò para darnos la bienvenida y acojernos. No fuese por El, San José no seria lo que fue y lo que es hoy. Nada acontece por acaso en la Casa del Señor. Eramos tan pequeños, havia un solo grupo de 45 alumnos, la secretaría funcionava sobre la escalera, teníamos una sola máquina de escribir y vieja, no teníamos espacio y lo poco que teníamos lo compartíamos con la comunidad religiosa que a la época dormia en el dormitorio que después se trasformaría en la sala de aula. Parecía más una família grande que un “grande colegio”.
Recuerdo, entre los muchos recurdos, la primera inspección. Al mes de iniciadas las actividades apareció a la hora de entrar, confundiéndose entre los padres, docentes e alumnos el Prof. Calvi, que antes mismo de entrar ya estava observando “guapamente” todo lo que estava sucediendo. El también habia viajado en el tren, hizo la calle Achega como qualquier habitante que a esa hora se dirigía al Centro San José. Con cara de pánico, se aproxima a mi la señora Directora Olga Zufiaurre y me dice entre dientes, Hno. Sergio, tenemos la inspección en casa. Y eso que, dije yo, no te preocupes, aqui todo está en orden! No, la sra. Olga sabia bien que significava una visita silenciosa de un inspector, ella sabia muy bien cuanto todavia estava faltando para que todo fuese en orden. Nosotros, en especial los relligiosos, creíamos que para iniciar un colegio seria suficiente la buena volontad, sí, esa es importante, pero no basta. Moral de la historia, después de pocas horas de la visita el inspector que no sabia se devia reír o llorar por lo que estaba viendo, “sopló a nuestros oídos irónicamente” importantes conceptos, (en una forma elegante por no llamarnos de ignorantes), recuerdo uno: “Para hacer bien el bien que se quiere hacer no basta la buena volontad”. Muchas gracias, digo hoy de corazón por todo lo que el Sr. Calvi nos dijo, porque se no fuese por él, su disponibilidad en enseñarnos como organizar un colegio, jamás lo habríamos hecho, tan bien. Hoy puedo decir sin margen alguna de duda, que el Profesor Calvi (tiempos seguidos también gente amiga de la SNEP), fué para nuestro Centro un “papá”, como fueron y lo son aún hoy tantos Docentes del colegio san José, verdaderos papás, mamás, auténticos héroes del Colegio. Muchos de ellos pasan más horas allí que en la propria casa y soy testigo que lo hacen con dedicación, entrega, entusiasmo y amor.
Última cosa, hace poco más de un mes, estuvo visitando nuestra casa aquí de Roma, Monseñor Don Eugenio Dal Corso, hoy obispo de Benguela, en Angola, otro grande de nuestro Centro San José. Cuando nos encontramos, nos saludamos como hermanos tierra a tierra y espontáneamente no sale otra cosa que “Recuerdas de nuestro centro san José y sus inícios”. Ambos con imensa alegria, casi al mismo tiempo esclamamos con acento conmovido: “que buenos tiempos eran aquello tiempos”, entre mates e mates, fútbol (“Ellas Verona”), truco e paroquia, no faltavan las discusiones de la programación del “Centro y taller San José”. Don Eugenio, aún respira Buenos Aires, Laferrere e principalmente Centro San José. Tiene parte de su corazón allí, igual al que les está escribiendo. Los buenos recurdos no se van tan derepente.!
No dejo de pensar en los que se fueron, Hno. Gianfranco Zerbinati, no entiendo porque Dios se lo llevó tan pronto, digo mejor, Dios se llevó tan pronto algunos de los nuestros… Hnos, la vida es tan densa y a veces no la disfrutamos … no olvidemos que Dios tiene sus tiempos para todos.
Queridos hermanos y amigos, muchas felicidades por estos 25 años, me seinto orgulloso junto a todos vosotros. En mi corazón aún hoy siguen sicatrizados muchísimos y buenos recuerdos que me acompañarán durante la toda vida y en cualquier parte del globo.
Que Dios siga acompañandovos(nos). Aunque en la distancia, estoy con vosotros, felicitándolos por tantas gracias y cosas maravillosas recebidas en estos 25 años de vida, celebradas alegremente en el día de nuestro Santo fundador, Don Calabria.Felicidades y muchas gracias.Con total estima y gozo siempre!Fr. Sergio Tomasel
Nessun commento:
Posta un commento